miércoles, 14 de septiembre de 2011

¡¡¡QUIETO QUE TE VEO VENIR!!!


Puede que la foto dé la vuelta al mundo. Me la ha mandado un amigo de Cádiz, o sea, de Cádiz-Cádiz. Al que se la habrá enviado otro de lo más recóndito del ingenio trimilenario. Ya está en París, seguro. Y puede que (con traducción) en la pantalla del portátil de DK.

Los hechos son que la Fiscalía de NY ha retirado los cargos, ha actuado con la misma contundencia en la exoneración que en la imputación. Dios nos libre. No sólo de esa Fiscalía, de esos procedimientos. Es que el tipo ya tiene tipo de culpable, que me perdone. Pero la foto, y el ¡Quieto que te veo venir! de Obama es de lo mejor que he visto últimamente...

Recuerdo lo que decía Manuel Machado: Hasta que el pueblo las canta, las coplas coplas no son...
Es como esta foto. Más o menos.

martes, 6 de septiembre de 2011

LA ISLA, AL FONDO


El caño de Sancti-Petri, que hace isla a La Isla y Cádiz, tiene dos orillas, la que toma su nombre y la de la vieja Real Isla de León, hoy San Fernando. El brazo principal tiene rumbo fijo y firme, con anchura y marea que se mantienen, calado suficiente y un trazado previsible. Hasta La Carraca. Digo más, hasta las aguas de la bahía, que completan la insularidad de las Gadeiras griegas, las islas antiguas. Entra la mar oceana por el castillo de su nombre, Sancti-Petri, más fortin que castillo, del XVIII, sobre la piedra en donde dicen estuvo un día el templo de Hércules, Dominator Leonis, dice la leyenda, y a donde se allegó Julio César a orar por Roma y destruyeron los árabes buscando un oro inexistente. 

Chiclana litiga sin razón geográfica porque el islote forma parte de La Isla, con el argumento de que siempre lo vio más que San Fernando, hija del mar y de la Marina y que casi nunca miró al mar, hasta hace poco, que no tenía ni playa, teniéndola magnífica y virgen porque se la habían intervenido para la defensa nacional o los intereses de esa defensa...

La mancha blanca de la lejanía es el caserío cañaílla. Entre las orillas los barquitos, los yates... Antaño sólo candrays que traían y llevaban arenas, y los barcos de la caballa...

En la luz del mediodía una nostalgia que se acrecienta en el ocaso, cuando la luz amengua y merma.

CAÑO DE CHANARRO, SANCTI-PETRI y EL BOCADO DEL TIBURÓN DEL TIEMPO.

    📷 EMS


El caño de Sancti-Petri, antes de llegar al Poblado de su nombre, antigua almadraba, vuelve a abrir sus brazos, como suele en su recorrido desde La Carraca. Entonces toma el nombre de Chanarro, que no sé qué puede significar. En la bajamar las pequeñas embarcaciones modestas de los pescadores de palangres y cañas, muestras las bajeras y se escoran sobre la arena mojada. Otros, ya dejados como elefantes en su secreto cementerio, muestran la herida del bocado del tiburón del tiempo. Fueron airosos por estas aguas quietas de los caños, salieron de recreo y de labor, lucieron su pintura brillante, sus remos recios... 

Ahora están el el período de desintegración, muertos en pie, heridos quizá de la melancolía de lo que fueron. Como nosotros mismos, como hechos por nuestras manos que fueron. Mas, ¿tendrán un alma?