sábado, 26 de diciembre de 2015

Česká mše vánoční /Jakub Jan Ryba


Česká mše vánoční o Misa de Navidad Checa es una obra compuesta en 1796 por Jakub Šimon Jan Ryba, autor también de la letra, y que se ha convertido en el símbolo navideño por excelencia del país. El 26 de diciembre, día de San Esteban, al que dicen Segundo Día de Navidad, es igualmente festivo y aquél en el que se puede disfrutar en muchos rincones de Bohemia de la Česká mše vánoční, conocida también por Missa pastoralis bohemica.


Maravilla...












viernes, 25 de diciembre de 2015

Día de la Navidad, felicitación


San Juan 1,1-18_


Al principio existía la Palabra, y la Palabra estaba junto a Dios, y la Palabra era Dios.
Al principio estaba junto a Dios.
Todas las cosas fueron hechas por medio de la Palabra y sin ella no se hizo nada de todo lo que existe.
En ella estaba la vida, y la vida era la luz de los hombres.
La luz brilla en las tinieblas, y las tinieblas no la percibieron.
Apareció un hombre enviado por Dios, que se llamaba Juan.
Vino como testigo, para dar testimonio de la luz, para que todos creyeran por medio de él.
El no era la luz, sino el testigo de la luz.
La Palabra era la luz verdadera que, al venir a este mundo, ilumina a todo hombre.
Ella estaba en el mundo, y el mundo fue hecho por medio de ella, y el mundo no la conoció.
Vino a los suyos, y los suyos no la recibieron.
Pero a todos los que la recibieron, a los que creen en su Nombre, les dio el poder de llegar a ser hijos de Dios.
Ellos no nacieron de la sangre, ni por obra de la carne, ni de la voluntad del hombre, sino que fueron engendrados por Dios.
Y la Palabra se hizo carne y habitó entre nosotros. Y nosotros hemos visto su gloria, la gloria que recibe del Padre como Hijo único, lleno de gracia y de verdad.
Juan da testimonio de él, al declarar: "Este es aquel del que yo dije: El que viene después de mí me ha precedido, porque existía antes que yo".
De su plenitud, todos nosotros hemos participado y hemos recibido gracia sobre gracia:
porque la Ley fue dada por medio de Moisés, pero la gracia y la verdad nos han llegado por Jesucristo.
Nadie ha visto jamás a Dios; el que lo ha revelado es el Hijo único, que está en el seno del Padre.

jueves, 24 de diciembre de 2015

IN MEMORIAM_Kurt Masur (1927 - 2015)


El director de orquesta alemán Kurt Masur, enfermo de Parkinsosn hace años, ha falleciodo cumplidos 88 años. Formado en Leipzig, su primer cargo relevante fue en la Filarmónica de Dresde, trabajó también en la Komische Oper de Berlín y nombrado Kapellmeister en la Gewandhausorchester de Leipzig. Fue director musical titular de la Filarmónica de Nueva York, de la que terminó siendo Director Emérito. Entre los años 2000 y 2007 fue Director Principal de la London Philharmonic Orchestra, compaginándolo con el cargo de Director titular de la Orquesta Nacional de Francia.

Un alemán cosmopolita, un músico excepcional en su delicadeza, en su entrega... la Música...

martes, 22 de diciembre de 2015

El Pinsapar / DESPUÉS DE LA BATALLA


________ Después de la batalla

Lo están diciendo y casi ni ha empezado a correr el reloj: Nuevas elecciones. Para lo mismo, creo yo. Porque la Ley Electoral no da más de sí. Si nuevas elecciones todo volverá y puede que para peor. O sea, más fragmentación, más división, más abstención. Le llaman pluralismo, que queda muy fino. Más de lo que hay. Si lo que hay resulta inconveniente o perjudicial. Salvo que la llamada al diálogo, el pacto y la negociación hagan buena a la ley electoral y la variedad sea riqueza en vez de estos fantasmas. Con relación a la unidad nacional, el derecho a decidir de unos contra otros, los grandes asuntos que nos afectan a todos. A todos. ¿Se interpreta así lo que hemos votado los españoles? Taumaturgos y demiurgos nos esperan, huyamos despavoridos. De ellos y de serlo nosotros mismos. Venimos de una historia lejana y todo lo sucedido ha coincidido con la fosa común excavada en Puerto Real. Decenas de fusilados en los años del plomo, el odio, la guerra civil. Sus huesos nos interpelan, gritan. ¿Es que entonces no fue realmente posible la convivencia, la concordia, la unión de los españoles?

Todos deberíamos mirar con mucha atención esa superficie de huesos esparcidos en la tierra, ahora exhumados con sumo cuidado por los arqueólogos forenses. Anónimos, desaparecidos para siempre. Cada uno con su afán, sus ideas, sus sueños arrebatados por una descarga. El horror ha aparecido pero siempre estuvo allí, siempre ha estado en donde se produjo, bajo la tierra donde se produjo. La violencia extrema tiene eso, la vemos en los incalificables crímenes del terrorismo islámico, la yihad. En todos los crímenes entendidos desde una política que persigue nuestra anulación, que nos volvamos a poner la piel de los esclavos para volver a ser esclavizados, atemorizados, silenciados, deshumanizados. Vencidos.

Acaba de ponerse en marcha el reloj de lo que hemos votado los españoles el domingo. ¿Cómo se hace? Quiero decir: ¿Habrán aprendido todos de una vez que los votos son nuestros, de los votantes, que los damos y los quitamos sin mayor problema? Es ese momento en el que uno pone una papeleta en un sobre y lo deposita en una urna el momento definitivo. Ya luego el ahora, este paisaje después de la batalla. Me han preguntado, ahí está la respuesta. Es la Democracia. El gobierno del pueblo, para el pueblo. Que ahora llaman la gente, nosotros.

A batallas de amor, campos de pluma. Lo dejó escrito Góngora en sus Soledades. No todas las batallas deben ser sangrientas, quizás quiso decir. Esta batalla de urnas deberían dejar una España más unida, próspera y justa. Deseo.

Diario de Cádiz
El Pinsapar
2015 12 22_


'El tamaño del corazón'_ UNA CRÓNICA DE JULIO SANPALO

El sentimiento mejor tratado
El autor isleño Enrique Montiel presenta en la Casa Pemán su última obra, 'El tamaño del corazón' (Ediciones Mayi), rodeado de amigos


_____________ Escribo, rememoro, revivo. El escritor Enrique Montiel ha parido, casi sin ser consciente de ello, una enciclopedia del sentimiento encapsulada en 32 relatos llenos de memoria que dan fe del tamaño de su corazón, porque sin memoria nada existe. De ahí salen las verdades que comparte a través de la literatura y ahí regresan envueltas en afectos como los entregados ayer tarde por los asistentes a la presentación de su más reciente creación.

El autor isleño se rodeó, en la Casa Pemán, de amigos y familiares, sus anclajes más cercanos, para dar a conocer a un retoño literario que en palabras de uno de los padres de la Constitución del 78, José Pedro Pérez-Llorca, supone "un tratado de la educación sentimental", muy íntimo, donde los sentimientos son mejor tratados aún y que entronca con Flaubert, los inicios del realismo mágico o sus maestros, Luis Berenguer y Alfonso Grosso. Una no biografía de sus recuerdos con firma de gaditano de pro.

También es El tamaño del corazón, obra "esmeradamente publicada" por Ediciones Mayi, la "revelación de Montiel como un maestro de la buena escritura, del estilo y el magnífico manejo del idioma". Relatos que emergen como el color en la pintura, en leves pinceladas, casi imperceptibles en los primeros parpadeos aunque esenciales para aprehender la totalidad de su esencia. "Su técnica es la del mosaico, no se ve el trazo pero están las manchas de color, los relatos", explicó Pérez-Llorca.

Evoco, recreo, creo. En este libro, Enrique Montiel desnuda su alma sin protagonismos, escucha con tino las historias que le circundan y las plasma desde la nostalgia, el amor e, incluso, la muerte. Desde una primera pieza, La casa de Almendros Aguilar -paraíso perdido donde se había instalado la felicidad-, con "clara vocación de novela", hasta el que da título al libro, de "un lirismo extraordinario, escrito desde el corazón", tan humano, tan dubitativo y real que "me conmueve", recalcó en el acto el periodista Fernando Santiago.

Toda una declaración de amor, también, por sus vástagos, Enrique y María del Carmen, por su padre de juventud arrebatada, al que "le pasó por encima España como una trilladora" debido a la sinrazón de la guerra, por los olores de la infancia, por su pasión hacia la música, el simple placer de guiar la pluma con cadencia de latido... La "experiencia sentimental de un hombre maduro, biencasado y buen padre de familia" con la que Montiel "se autoafirma" con un "talento inabarcable" y un "pundonor siempre presente en su persona y literatura", expresó Pérez-Llorca. Una pluma pulcra heredera de lo mejor de nuestras letras contemporáneas. "Soy el último que queda, el epígono de ese grupo de escritores como Caballero Bonald o Fernando Quiñones que entendieron que la literatura era escribir bien", afirmó el también biógrafo de Camarón de la Isla.

El tamaño del corazón compendia, si eso es posible, más de una década de trabajo interior, de búsqueda de nuevos horizontes expresivos de su autor. Para Enrique Montiel "la literatura no es una cadena de montaje" y a imagen y semejanza de las grandes obras que hace grandes a sus autores, como Pedro Páramo, cree firmemente que "el verdadero artista sólo está en lucha consigo mismo. Escribo para mí y mis amigos. Es la moneda con que se pagan todas las horas de trabajo", confesó el autor.

Amar es compartir y partir de lo cotidiano hacia lo universal. Con esta obra Enrique Montiel ha constatado que "sólo amando se ama más. Cuanto más amor das, más grande es tu capacidad de amar". El isleño se siente querido, sin duda, y ha querido compartir con los que siguen ahí "un libro secreto sobre el amor porque más allá del sentimiento humano" -y sus diversas manifestaciones- no hay nada". Éste ha visto la luz por la insistencia de su hijo y también escritor Enrique Montiel de Arnáiz. "Me presionó para que lo publicara y fue lo mejor que hice", confesó.

Esta vuelta al negro sobre blanco de Enrique Montiel ha sido una acertadísima decisión, como pudo comprobarse en la sala repleta de público de la Casa Pemán, o en la amistosa oda que Fernando Santiago le dedicó al protagonista del acto: "Sólo he presentado dos libros en mi vida. No vengo aquí ni por experiencia ni por conocimiento, sino por una amistad", que sobrepasa ya las tres décacas.

Y acertada y precisa además es la colección de relatos titulada El tamaño del corazón por constituir una creación que encierra un valor en sí misma: el de la literatura como forma de vida. Para José Pedro Pérez Llorca el lector que se acerque a un libro como éste "gozará con la pasión, se conmoverá con la compasión y sufrirá con el pathos, pero no se aburrirá".

_____ Julio Sanpalo
 14 Diciembre 2015
                                                                                                                                    
                                                                                                                        

lunes, 21 de diciembre de 2015

Calle Real / LA ALEGRÍA DE VOTAR




















________ La alegría de votar

Estas palabras ya las he escrito otras veces. Cada domingo electoral. Porque siempre se me superpone la imagen de mi primer domingo electoral al del día. Llevé a Enrique de la mano, que no entendía nada, naturalmente, pero yo quería que tuviera esa imagen primera, la imagen de la gente que pacíficamente, voto a voto, hace la vida de España. Enrique hoy llevará a Claudia y a Rodrigo de la mano cuando vaya a votar. Entre ambas imágenes más de 30 años. Y los recuerdos de otros lapsos históricos, muy largos, larguísimos. Sobre todos de los dos últimos siglos. Porque han sido tantas contiendas civiles, tantos desencuentros, tanta odio y tanta sangre…

Hoy nos dicen que España se juega mucho en la votación. Puede que sea verdad. Pero no es una apuesta a vida o muerte, es finalmente que unos sustituyan a otros. En los partidos que ganen o pierdan, por ganar o perder, en el conjunto de la representación. Finalmente somos habas contadas, que se suele decir. Todos los votos cuentan y a todos nos afectará de un modo u otro lo que resulte. Pero siempre será importante el que vayamos todos, o el mayor número posible. Más que nada porque no será nunca lo mismo lo que surja de una urna española llena a rebosar de sobres con el voto dentro que una menguada marea, una red escasa.

Tan cerca la Navidad, sí, puede que nos traiga la imagen de un nacimiento esta elección, el nacimiento de una nación más unida y que está decidida a aprender de sus errores para que nunca más vuelvan. Digo lo centrífugo, digo la corrupción, la violencia política, digo lo que significa el mérito y la capacidad, esos valores republicanos de Francia sobre los que se construyó una Nación de Libertad, Igualdad y Fraternidad.

Los recuerdos que cuentan son los recuerdos que tienes, nadie puede extraer de los recuerdos de otros el impulso que necesitan. Hay que contar con ello. Por eso te digo que llevé a Enrique a esa votación inaugural que expresaba que algo iba a cambiar en España para siempre, o para mucho. Exactamente como hoy, como este domingo de alegría que es cada domingo de elecciones. En los que libremente nos acercaremos a la urna con un sobre con nuestros deseos, sea la elección entre lo malo y lo peor, lo bueno y lo menos bueno, entre estos y aquellos. Y que la vida va a seguir y nuestro deseo es acertar con lo mejor, lo más conveniente, lo menos malo. Y seguir adelante. Porque aquí no termina todo, empieza otro cómputo. Se abre otro paréntesis en definitiva.

Y el próximo jueves las familias reunidas en torno a una cena celebrarán y conmemorarán el Nacimiento de Belén. Será una vez más como un bautizo del que saldremos más buenos, estaremos más unidos y obtendremos un poco de felicidad. Que es exactamente lo que os deseo, lectores amigos. Con mucha salud.

Diario de Cádiz
La alegría de votar
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martes, 8 de diciembre de 2015

Calle Real / EL AÑO QUE VIENE

















_________ El año que viene

No lo digo porque sea tiempo de recapitulación o de abrir nuevos capítulos, lo digo porque me ha inquietado un amigo que me ha dicho con profunda convicción que el año que viene va a ser malo. De cojones. Puro apocalipsis. Las deudas municipales alcanzarán techos insoportables, no habrá para nada, la acción política se ralentizará hasta pararse. Y el 20 de diciembre no traerá nada bueno. En el sentido de lo que resulte de los pactos. Porque todos hablarán de diálogo pero será un diálogo de sordos o de trágala. Pobre España, en resumen.

Es una opinión, claro está. Pero no es tanto la opinión cuanto la convicción lo que me ha inquietado. Si alguien te dice convencido que algo va a suceder, te paras y lo consideras. Así debió haber sido el lenguaje de los profetas. O de los que hablaban por orden de Dios. Como cuando las siete plagas de Egipto. ¿Habrá siete plagas para España? ¿Qué Dios las mandará? ¿Qué plagas serán finalmente?

Ya estamos en Babel, de algún modo. Porque si me hablan de diálogo pero lo que me dicen no tiene nada que ver con lo que yo digo ni lo que yo quiero tiene que ver con lo que otros quieren, ¿de qué hablamos? Es como esas inmersiones que se han venido haciendo… contra los otros. Puro Babel, que como nos enseñó la Biblia fue un castigo más que una riqueza. El castigo de la incomunicación, el castigo de la incomprensión. Que nos convirtió en extraños unos de otros. ¿Le doy importancia a lo que no la tiene? Verdaderamente vamos del no pasa nada a este apocalipsis de mi amigo, el año que viene va a ser malo. De cojones.

Lo que creo es que hay que pararse un poco, echar una pensada. Porque así no funciona esto. Y habrá que hablar, pero para llegar a un acuerdo. El acuerdo necesario para vivir, para convivir. Y remediar lo mal hecho, lo injustamente concebido.

Con relación al capítulo de deudas y demás disparates y excesos, pues mucho más necesario el acuerdo. Y las normas que lo hagan inviable. Endeudarse, quiero decir. Hasta un límite superior al soportable. Para que no ocurra lo que ocurre en algunas ciudades en las que el principio activo fue, como sin duda recordará el amable lector, "hagamos lo que debemos aunque debamos lo que hagamos". Desmontable fácilmente con el ¿por qué debemos hacer lo que hacemos? Hagamos lo que debemos y podamos pagar (aunque sea en cómodos plazos). Es que una deuda infinita lo primero que luego quiere el populismo es decir que es ilegítima y exigir una quita. Que sea realmente legal, o ilegal. Para que no lleguemos ahí, a esta cosa vaporosa e inconcreta.

¿El año que viene? Desmintamos el apocalipsis, hagamos posible el diálogo fecundo. Y el día 20 cada uno vote libremente. Y a seguir trabajando por La Isla, Andalucía, España y la Humanidad.

Diario de Cádiz
Calle Real
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viernes, 4 de diciembre de 2015

JUAN MENA ESCRIBE DE MI 'CALLE COMEDIAS'




















________ Libros recuperados

Siempre es gratificante asistir al nacimiento de un libro; más todavía si es premiado y sale a la luz agradando y convenciendo a un significativo número de lectores. Conocí Calle Comedias durante su gestación, digámoslo en un lenguaje plástico, y desde los inicios me quedé sorprendido por la evidente capacidad de Enrique Montiel para emprender la fabulación de una realidad efímera, acontecida en una calle con sus vecinos conocidos y participantes de un acontecimiento que se desarrolla un ambiente popular. En principio, si tuviésemos que establecer un paralelismo entre el carácter de su autor y el tema y la estructura de la obra, veríamos de inmediato una reciprocidad innegable.

Todo ese mundo abocado a la calle que vertebra la novela no es gratuito por parte del novelista, sino que ello nos aporta una credencial de la psicología del creador: la procesión de la Cofradía de Nuestra Señora de la Caridad subiendo la calle Comedias de la Isla de San Fernando, la noche del Martes Santo, el bullicio anónimo y el entrecruzamiento de personajes y situaciones vitales de cada uno de ellos o de sus familias en distintos tiempos no lineales que configuran la visión de un mundo determinado con sus costumbres, sus caracteres y sus fraseologías.

Cuando he dicho que hay un paralelismo entre el autor y la obra he querido decir que los valores sociales y estilísticos de la novela no han sido en absoluto inventados -ni falta que hacía-, sino que la narración es un producto suministrado por la misma realidad y captado por el hombre que hay dentro del escritor. Pero ese contenido no está tratado asépticamente. El autor trata a sus personajes con una gran ternura: desde el entusiasmo de los cargadores -Zaragoza, Campillo, Pepe el mellao…-, pasando por la problemática diaria de la pobreza y las miserias humanas -Maruja Botana y su madre, Diego Sánchez, Carmelita Santos…-, o por la caracterización de personajes de barrio -Olegario Carmona, el maestro Zambrana, Pulido, Ramiro, el poeta que escribe para las chirigotas- hasta un atisbo de las inquietudes cofrades, representadas por Juanini, sin olvidar la palpitación política con su eterna alternativa de izquierdas y derechas -Esteban Lago, Joaquín Rodríguez-, ni las referencias taurinas -Rafael Ortega, Ruiz Miguel, Emilio Oliva, Paquirri-, todas ellas en torno a Bernardo Alonso.

¿Por qué esta nómina exhaustiva de gente que pasa por las páginas de la novela como un aluvión humano de anécdotas y circunstancias?

Parece como si el autor hubiese querido crear un movimiento incesante de individuos y lugares para darnos la impresión de una vida que hierve de pintoresquismo.

Pero nada más lejos de ser una novela costumbrista. Enrique Montiel ha logrado unificar unos matices que componen un precioso cuadro en el que todos los que deambulan por él con las variadas temáticas de sus experiencias cotidianas convergen en un núcleo -la subida de la Caridad por la calle Comedias con su tradicional ceremonia cofradiera- de manera que podríamos pintar un círculo en el centro de un plano y desde él trazar una línea por cada personaje que interviene, aunque, en ocasiones, este personaje sea colectivo.

Si partimos de que la novela no debe ser jamás poesía ni ensayo, sino narración en la que el novelista “vive” con sus personajes, en Calle Comedias ese gusto por contar conlleva la realidad misma como una épica de barrio, un documento que sigue viviendo en la memoria de lo cotidiano cuando se acaba de leer la novela, como si de la realidad a la novela hubiese un puente por el que se transita sin tropezar con una ficción inoportuna. En eso consiste el realismo que inaugura Cervantes y sigue en la tradición novelística española.

Pasarán los años y nuevas generaciones, tal vez futuras todavía, leerán esta obra y agradecerán al autor que él retratara este tramo de itinerario por una calle determinada que seguirá existiendo, pero con unas gentes dentro y fuera de la procesión que hace muchos años estuvieron aquí y gozaron de la subida de una cofradía y su entorno humano, dejando una historia que no se puede olvidar, y hasta despertará un aire de evocación en esas almas que por amor a sus raíces populares se traslada al pasado para soñarlo y decir del maravilloso espectáculo religioso, en un arranque poético, como Manrique, que ese pasado “fue mejor”.

Juan Mena_